Las cosas no son tan sencillas como deberían ser, no son justas, no son claras.
No alcanza el karma para hacer el equilibrio necesario. No alcanzan las malas experiencias para aprender, ni las buenas para disfrutar, la vida nunca es suficiente para crecer.
Nunca se es lo suficientemente sabio ni lo suficientemente cuerdo para hablar. Nunca es suficiente, nunca. Porque esperamos para vivir las cosas, esperamos esa eternidad que no nos puede dar una vida finita. Buscamos saciar lo insaciable, terminar lo eterno, olvidar los recuerdos, desafiar el tiempo. La complejidad del ser humano pasa por querer romper los limites puestos y encontrar la forma de no ser humano, la forma de ser perfecto y en el fracaso recordar ante todo que por mas deseo de perfección e ideales de complejidad que tengamos, siempre vamos a ser simplemente humanos.
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